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viernes, 15 de julio de 2016
El amor hacia las mascotas es igual al que sentimos por personas: estudio
Los dueños de mascotas no necesitan que nadie les confirme nada, de sobra saben que el amor que sienten por sus mascotas es similar al que tienen hacia familiares y amigos cercanos. Realmente lo sienten como un “mejor amigo” y “parte de la familia”.
El Departamento de Ciencia Animal y Biotecnología de la Universidad de Azabu en Japón, dio a conocer los resultados de un estudio realizado recientemente, que logró determinar que el cerebro del ser humano al tomar contacto visual con su perro libera oxitocina, la llamada “hormona del amor”, de manera involuntaria. Incluso, de acuerdo a lo registrado, no existe una diferencia sustancial entre la oxitocina segregada por mirar a los hijos que la emitida por mirar a los canes.
Otro interesante dato que se desprende del estudio es que el vínculo que se gesta con un perro se inicia a través de la mirada, y es la manera en la que se lo mira, se le hable, se lo acaricia y se lo cuida lo que hace que se lo sienta como parte del grupo familiar. Al mismo tiempo, el perro manifiesta con su mirada que se siente parte de su vida y su familia. Las personas se sienten instadas a proteger al perro como a un ser indefenso, que nos necesita y nos ama incondicionalmente: es por eso que llegamos a verlos como a un hijo. Si además el dueño de la mascota no tiene hijos, ese vínculo y ese sentimiento son aún más fuertes.
De esta manera, el cerebro se comporta segregando similares sustancias al determinar relaciones afectivas por igual con personas y animales, lo que explica que para muchos dueños el trato tenga poca diferencia: se lo considera parte de la familia, al punto que muchos le celebran sus cumpleaños, les permiten comer en la mesa, dormir en la cama y hasta los lleven de vacaciones.
No faltan, eso sí, las voces de expertos que explican que está muy bien cuidarlos, protegerlos y amarlos, pero siempre entendiendo que son animales. Por ejemplo, ellos no se divierten usando accesorios de moda simpáticos, comiendo en un restaurante o paseando en un shopping dentro de un bolso – de hecho, pueden resultar situaciones bastante estresantes para ellos. En cambio, necesitan pasear, correr, hacer actividad física, estar en contacto con la naturaleza. Por eso, no debemos exagerar en eso de humanizarlos, y recordar que como propietarios somos enteramente responsables por su bienestar.
Un perro necesita seis palabras para que lo eduquen bien: coherencia, firmeza y paciencia, junto con ejercicio, disciplina y afecto, en ese orden.
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