domingo, 24 de octubre de 2010

Saber un poco más de los gatitos


Todo el mundo ha oído hablar del carácter independiente de los gatos. Su personalidad, aparentemente solitaria, a menudo complica su educación. Sin embargo, eso no significa que no puedan aprender ciertas normas o reglas de conducta básicas que hagan más llevadera de la coexistencia entre humanos y felinos.

La tarea de domesticar a un gato no es sencilla. Así lo demuestran la mayoría de los estudios realizados hasta hoy, ya que son frecuentes los cambios en la conducta de los gatos. Estos felinos tienen uno de los cerebros más desarrollados del mundo de los mamíferos, y por ello es difícil comprender por qué este animal no aprende como lo hace, por ejemplo, un perro. En realidad, esta incapacidad se debe a que los gatos son cazadores solitarios y, como están acostumbrados a vivir sin el apoyo en otros congéneres, no aceptan órdenes.

En las relaciones entre estos felinos no existe el concepto de orden. La única excepción es la relación entre madres e hijos.
A diferencia del perro, los gatos no intentan tener una buena relación con sus dueños y sólo aprenden lo que les interesa. Sin embargo, existen algunas pautas básicas que podemos enseñarle ya que disponen de una buena capacidad de aprendizaje. Existen dos campos fundamentales para orientar a nuestro gato: la mejora de la convivencia y los factores de seguridad para su vida.

Convivir cómodamente con un gato
Nuestro gato tiene que aprender a respetar a las personas con las que convive. Los puntos críticos que debemos tener en cuenta para hacer más llevadera la coexistencia hombre-gato son la utilización del cajón de arena, el rascador, el aseo general y la alimentación. Para que nuestro gato aprenda a utilizar correctamente el cajón de arena, es recomendable que lo dejemos en un lugar tranquilo y lo limpiemos correctamente. La materia fecal se debe eliminar diariamente y es necesario cambiar la arena una o dos veces por semana, dependiendo de la cantidad de piedritas impregnadas con orina.

Para impedir que nuestro gato arañe los muebles, se pueden poner obstáculos físicos, o bien cubrir el mobiliario con fundas de distintos materiales o rociarlo con ciertas feromonas felinas que se pueden encontrar en las tiendas veterinarias.
El aseo general, también, es uno de los factores primordiales sobre el que tendremos que trabajar. La aversión de los gatos al agua es conocida por todos, por ello, para evitar tener un gato adulto en casa que no seamos capaces de meter en la bañera, es conveniente comenzar a realizar actividades de aseo a una edad muy temprana. El cepillado, cortarle las uñas... son cosas que el gato debe conocer durante sus primeras semanas de vida, periodo en el que se produce su socialización.

Por último, el factor alimentación es también muy relevante para mantener la higiene en una casa con gato. A las cuatro o cinco semanas de vida, el gatito comienza a comer y es en este momento cuando debe empezar a consumir pienso. Así fijaremos sus gustos alimenticios cuando sea adulto y no aparecerá con presas muertas. De este modo no desarrollará el hábito de consumir comida cazada por él mismo.

Evitar los accidentes domésticos
Aunque los accidentes en un hogar son relativamente frecuentes, enseñar bien a nuetro gato puede evitarnos pequeños sustos. La curiosidad del gato está extremadamente desarrollada y también posee la capacidad de llegar a casi todos los lugares de una casa. Estos dos factores combinados hacen muy probable que nuestra mascota se lastime en algún momento.

Elementos como la cocina, la estufa, la lavadora... pueden ser muy peligrosos para la integridad de nuestro gato. Realizar un aprendizaje por condicionamiento negativo para que el gato no se suba a los electrodomésticos suele ser una medida eficaz. Por ejemplo, dispararle con una pistola de agua o un rociador en el momento que se suba, o poner una superficie que haga ruido al pisarla como papel de aluminio.

El vagabundeo del gato puede ser otro factor negativo para el buen estado físico de nuestra mascota. A partir de la pubertad -6 ó 7 meses de edad-, el gato comienza a realizar frecuentes excursiones para pasear, explorar territorio o buscar pareja. Cuando esto ocurre, corren el riego de sufrir un accidente traumático, una intoxicación, enfermedades infecciosas o parasitarias. El mejor consejo es impedir que el gato salga fuera de casa, pero existen otras alternativas como poner barreras físicas e incluso hay quien utiliza la castración para evitar las salidas de su mascota.

¿Cómo marcan su territorio los gatos?
Las formas que utilizan.
El gato es un animal territorial. Tanto machos como hembras organizan y defienden su territorio marcándolo de diferentes maneras. Esas marcas son señales de comunicación que otros gatos entienden y, salvo excesos, forman parte del comportamiento normal de los gatos. Existen tres formas básicas de marcar el territorio.
Marcaje con orina
Esta forma de marcaje la realizan los machos cuando hay hembras en celo cerca y raramente algunas hembras. Se hacen con poca cantidad de orina, muy olorosa e indican que están dispuestos para reproducirse. Es un comportamiento totalmente normal en gatos no esterilizados, que cesará cuando pase el celo.
El uso de feromonas sintéticas pulverizadas sobre las zonas afectadas puede disuadir al gato de volver a marcarlas, pero la mejor solución, si no tenemos interés en criar, es la castración, tanto de machos como de hembras.
El gato también puede marcar su territorio con orina si sufre estrés por un cambio en la rutina diaria, por la llegada de otro gato o por tener que compartir poco espacio con muchos gatos.

Marcaje con feromonas
Frotando parte de su cuerpo contra objetos y personas. Es la forma de marcar el territorio más tolerada por los dueños, que normalmente piensa que el gato es muy cariñoso.
Estas marcas se hacen con una sustancia: feromona, que los gatos segregan en la cara y base de la cola principalmente y crea un ambiente tranquilizador y de bienestar para el gato. De esta forma marcan esquinas sobresalientes y a las personas y a otros animales con los que conviven.
Marcaje con arañazos
De esta forma marcan objetos verticales y voluminosos. Los arañazos son señales visibles que suelen marcar zonas de paso y de juego que pueden compartir con otros gatos. Es muy sencillo acostumbrar al gatito desde el principio a marcar con las uñas en un 'rascador', que se colocará desde el primer día, en un lugar bien visible y cercano a su lugar de descanso.

Si no lo hubiéramos acostumbrado desde el principio y ya hubiera arañado algún mueble u objeto, el 'rascador' se colocará delante de él hasta que el animal lo acepte. Después ya podremos colocarlo en un sitio que consideremos más conveniente.
En los gatos la sanción sólo es útil cuando el animal no la relaciona con el dueño, por eso si le vemos rascando en otra parte le podemos lanzar una pelotita, un chorrito de agua con una pistola de plástico (muy práctica), o cualquier objeto que lo asuste sin lastimarlo y llevarlo después delante del 'rascador'.
También utilizan otras superficies como alfombras, cuya textura debe de resultarles muy agradable para afilarse las uñas. En lugares de mucho tránsito como puertas y pasillos pueden ser sustituidas por felpudos o por 'rascadores' horizontales. Si la casa es grande o hay varios gatos habrá que colocar más de un 'rascador'.
Si hay arañazos por todas partes es un síntoma de ansiedad y tendría que verlo un veterinario. Este comportamiento de marcar arañando también se puede suavizar con el uso de pulverizaciones con feromonas sintéticas sobre el objeto marcado durante algo más de un mes. Con paciencia, cariño y comprensión la convivencia con tu gato será una experiencia muy gratificante.

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