viernes, 22 de enero de 2016

Los dientes Higiene diaria y limpieza del sarro

Texto Begoña Ibáñez Fernández Las enfermedades de la boca pueden derivar a otros problemas de salud como son los problemas gástricos, desánimo y apatía… La higiene bucal es verdaderamente importante. En este artículo trataré de enseñar cómo hacer para evitar la aparición del sarro, causante de tales problemas. El sarro es muy molesto no solo por el olor tan desagradable que desprende sino también porque daña las piezas dentales y las encías de manera que, el perro puede sufrir tal dolor que le dificulte comer con normalidad. Es necesario un cepillo que se ajuste al tamaño de la boca del perro y pasta de dientes especial. Las pastas dentales más interesantes son las que tienen un rico sabor a hígado o a carne que, aunque a nosotros no nos agraden especialmente, para ellos resultan divertidas y sabrosas. Esto facilita la habituación del perro a esos minutos de cepillado diario. Si el aroma de la pasta es mentolada, lo que a nosotros nos agrada, el perro se inquieta, porque a los perros, ese olor y sabor mentolado les resulta desagradable y molesto. Se empieza por subir al perro a una mesa y, tras sujetarlo, se apoya la cabeza del perro contra nuestro pecho, evitando que el perro pueda rehuir. Así resulta más fácil controlarlo. Se cepillan todas las piezas por dentro y por fuera. Sin olvidar frotar las encías. Por eso es importante que el cepillo sea del tamaño y material adecuados. No es necesario enjuagar. Para evitar el sarro, en muchas ocasiones, no es suficiente con la limpieza diaria con el cepillo y la pasta de dientes. Por supuesto que el cepillado diario ralentiza la aparición de sarro, y en algunos casos lo evita. Pero, la realidad es que limpiar la boca después de cada comida de nuestro perro exige de una constancia extrema. Mucha gente sustituye esta limpieza por dar barritas limpiadoras de dientes. Todo lo que se haga por evitar la aparición de sarro está bien. Pero pese a hacerlo, a muchos ejemplares se les forma el dichoso sarro. Comienza a formarse en la parte más próxima a las encías. Hay que controlarlo. Es muy fácil retirarlo cuando está en su inicio. Sin esperar a que se formen grandes placas, porque eso sí que es más difícil de quitar. Ese inicio del sarro, muchas veces, se puede soltar con la propia uña. Se presiona, con cuidado de no pellizcar la encía y se tira hacia fuera provocando que se suelte. Aunque resulta más fácil hacerlo saltar con la ayuda de los quitasarros. Hay de dos tipos: los más importantes son los quita sarros que tienen forma de pala, para hacer saltar las placas y para limpiar el inicio del sarro que se empieza a formar en la base de las piezas. Los que acaban en punta, para limpiar entre los dientes. Son los denominados “quita sarros zonas difíciles”. Estos son prácticos cuando hay mucho sarro y tras hacer saltar las placas con el otro quita sarros, queremos limpiar los recovecos entre los dientes, molares y premolares. ***Los quita sarros se utilizan haciendo palanca, sin frotar o raspar las piezas para no deteriorar el esmalte. Se trata de hacer saltar el sarro*** Mucha gente me comenta que no son capaces ni siquiera de abrir la boca de su perro. Esto es como todo, es muy importante hacerlo, y hacerlo bien, desde que son cachorros para habituarlos y que no suponga un problema posterior. ¿Cómo hacerlo bien? Subirlo a una mesa y sujetarlo para que el perro sienta que no puede escapar ayudando así a que su actitud sea más relajada. Gracias a la limpieza diaria, eso ya lo habremos logrado. Es muy importante no hacerle daño. Especialmente en las primeras sesiones. Hacerlo con cuidado, sin pellizcar la encía y en sesiones cortitas de 2-3 minutos. En una boca con enormes placas de sarro, propia de los perros de edad avanzada que no se sueltan con facilidad, es aconsejable acudir al veterinario para que le haga una limpieza completa pese a que eso suponga el tener que anestesiarlo. Cuide la boca de su perro desde joven y evitará llegar a esa situación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario