
Cuanto más se aprende a conocer al hombre, más se aprende a estimar
al perro.
El gato y el ratón nunca son de la misma opinión.
Si recoges un perro en la calle medio muerto de hambre y le das nuevo aliento, él no te morderá. Esta es la principal diferencia entre los hombres y los perros.
La jaula dorada no alegra al ruiseñor.
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