sábado, 21 de agosto de 2010

A mis gatitos que ya no están.






A mis gatitos que no volvieron


Ya no te veré más
durmiendo a gracia suelta:
no volviste jamás
de tu amorosa vuelta.

Con una gata/o,
mira qué mala suerte:
la gata o el malvado …
de la Señora Muerte.

La leche está servida,
Está listo el alimento;
tu silla preferida
en vano te ha esperado.

Tu paso era fuerte, decidido,
tus modales corteses,
y fuiste tan sincero
que me ignoraste a veces.

Me hablabas tú muy suave,
yo nunca te entendía;
mas fue una falta grave
tu enorme melodía.

Llegó hasta el universo,
ira y amor a una/o,
el eco en el reverso
siniestro de la luna.

Y un encolerizado
te enmudeció en el frío:
no más a nuestro lado
duermes, amigo mío.

Tu cuerpo es hoy la sombra,
las nubes son tus manchas,
y sólo ahora te nombra
el silencio a sus anchas.

La leche está servida,
está listo el alimento;
tu silla preferida
ya se ha desesperado.




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