Aunque es probable que la Leishmaniosis canina no nos suene de nada, seguro que la enfermedad del mosquito sí resulta un nombre familiar para mucha gente con perros en casa. Esta enfermedad de origen subtropical es muy frecuente y está muy extendida en España. Se calcula que sólo en nuestro país se dan unos 15.000 casos anuales de este mal que daña principalmente a perros.
Según la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, en los últimos seis años se ha duplicado el número de perros tratados por Leishmaniosis. Estos datos alarmantes hacen fundamental conocer los síntomas y causas de su aparición para poder así evitarla en la medida de lo posible.
¿Por qué aparece la enfermedad?
La Leishmaniosis está causada por un parásito llamado 'leishmania infantum', y es transmitido por la picadura de la hembra de un mosquito llamado 'Phlebotomo'. Este mosquito es muy habitual en toda la zona mediterránea y sirve de vehículo de transmisión a este parásito. Por tanto, es prácticamente imposible el que perros o personas se contagien directamente por contacto con un animal enfermo; siempre tiene que existir la picadura previa del insecto que ha succionado el parásito de un perro con este mal.
En ocasiones, la enfermedad puede llegar a ser muy grave y el desenlace final puede ser trágico: el sacrificio del perro. Esta medida tan drástica sólo se aplicará a aquellos animales que estén seriamente afectados o que no respondan al tratamiento. Actualmente, la enfermedad parece estar controlada y existen métodos que permiten alargar la vida del animal e incluso salvarla. Es cierto que todavía no existe una vacuna para la enfermedad del mosquito, pero se están llevando a cabo investigaciones al respecto.
La temporada con más incidencia de Leishmaniosis comienza en abril y mayo, cuando las temperaturas cálidas favorecen la proliferación de estos insectos, y finaliza en septiembre u octubre. La hembra del 'Phlebotomo' está activa principalmente en la puesta y salida del sol y es en estos momentos del día, cuando puede infectar al perro. Una posible solución para evitar la picadura es no sacar a pasear a la mascota en estas horas, y evitar que duerma al aire libre. Existen también repelentes de insectos que pueden ser empleados.
Si el animal ha sido infectado, los síntomas pueden tardar largo tiempo en aparecer, es probable que pasen incluso años. En cuanto aparezcan los síntomas, deberemos poner en tratamiento al perro. La rapidez de reacción aumentará las posibilidades de éxito de la medicación. Es importante realizar un análisis anual a nuestra mascota para ver si ha contraído la enfermedad, así se podrán tomar medidas de forma más rápida.
El cuadro clínico que presentan los animales que desarrollan esta enfermedad parasitaria es pérdida de peso, hemorragias por la nariz, diarreas, apatía, calvicie en algunas zonas o exceso de caspa, crecimiento excesivo de las uñas y aumento del tamaño de los ganglios linfáticos.
Aumenta el número de casos en España
La Universidad Complutense ha registrado un aumento alarmante los casos de Leishmaniosis canina, y actualmente el número de mascotas tratadas se ha duplicado. Se calculan unos 270.000 casos de Leishmaniosis canina en España y sólo en la Comunidad de Madrid, la población total de perros portadores del parásito asciende a 38.800, de los cuales 19.600 han desarrollado síntomas clínicos. En el caso de los perros alojados en las perreras municipales durante el mes de abril, sólo un 1% estaba afectado por la enfermedad, por lo que el riesgo de adoptar un perro con Leishmaniosis es mínimo.
En los Laboratorios Internet S.A., compañía centrada en la resolución de problemas de salud canina, se han descubierto unos productos zoosanitarios para la prevención de la enfermedad. Los avances científicos son muy alentadores pero la prevención sigue siendo de vital importancia y por ello, es necesario llevar a nuestras mascotas regularmente al veterinario, cosa no habitual en la mayoría de los propietarios, ya que las últimas estadísticas demuestran que sólo el 20% lleva cada dos años a sus mascotas al veterinario.
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