La leishmaniosis es una enfermedad que afecta a los perros causada por un parásito, Leishmania, que infecta a través de la picadura de un insecto llamado flebótomo, muy parecido a un mosquito, pero más pequeño y silencioso. La leishmaniosis afecta a todas las razas de perros aunque parece que el pastor alemán y el bóxer son algunas de las más susceptibles.
La leishmaniosis es una enfermedad muy difícil de diagnosticar ya que se presenta de muy distintas formas clínicas. Desgraciadamente no hay un síntoma determinado que nos diga con certeza que nuestro perro está enfermo o infectado, por lo que hay que estar atento a cualquier alteración en la salud o comportamiento de nuestra mascota. Podemos sospechar de leishmaniosis cuando nuestro perro padece alguna de las siguientes alteraciones, aunque no son las únicas por supuesto: debilidad general, desnutrición, cojera, sangrado nasal, abatimiento, dermatitis, problemas de uñas, alteraciones en la trufa o en los ojos, problemas digestivos o urinarios.
Pero no hay que confiarse, ya que es muy frecuente que no hallemos ninguna alteración significativa en nuestro perro y en cambio ya esté infectado, es decir que nuestro perro esté infectado de manera silenciosa.
Por eso, para detectarla antes de que sea demasiado tarde, es clave realizar análisis regularmente, acudiendo por lo menos una vez al año al veterinario. En zonas endémicas de la enfermedad y épocas de alta presencia de insectos transmisores, como es de junio a septiembre-octubre, incluso dos o más veces al año.
Por todo ello, es muy importante estar bien informado, conocer la enfermedad, saber cuales son las mejores formas de prevenir la enfermedad si nuestro perro está sano o cómo mejorar su calidad de vida si, por desgracia, está enfermo.
consulta a su veterinario
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